Uno de los mayores placeres que he encontrado en la cocina en los últimos tiempos es hacer mis propios panes, entre otras cosas porque si hay una alimento que, al cocinarlo, estimule todos los sentidos es el PAN: Tacto, cuando lo estamos amasando. Vista... al hornearlo, es mágico ver como aquella masa informe va creciendo y tomando un aspecto cada vez más apetecible. Olfato, ¿quién se ha resistido a entrar en una panadería en la que se hornea el pan del día? Oído: ése irresistible crujiente al partirlo que todos reconoceríamos en cualquier parte del mundo y, por fin el Gusto, con todas sus variedades o por su capacidad de absorber todos los sabores al hacer ésa acción del moje en cualquier salsita.
Como os comenté he decidido hacer dieta e ir presentándoos, poco a poco, los menús que he diseñado para seguirla, os aseguro que serán de utilidad y satisfarán vuestros sentidos pero...¡NUNCA COMO EL PAN!
Abandonaré ésta parte de mi cocina durante un tiempo pero, prometo volver a ella cuando me quepa el bikini.
Dicen que engordan pero....
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aiiiisssss! no sabéis lo motivante que es entrar aquí y ver que alguien te ha escrito.
Graciaaassss! graciaaas... ¡gracias!